Socialmente en los hombres el enfado está aceptado. El enfado se percibe como algo competente, y los hombres enfadados como asertivos. Por otro lado, las mujeres enfadadas suelen ser percibidas como emocionalmente inestables. Las mujeres han aprendido que no es bueno enfadarse. Temen que las haga impopulares y poco atractivas. Pero tragarse el enfado conlleva un precio alto: porque perdemos…