¿Cómo lograr una comunicación sana dejando atrás patrones adquiridos y el pre-juicio?
¿Es el lenguaje corporal que lleva a una comunicación sana?
“55 % de nuestro lenguaje en una conversación es no verbal” dice Albert Mehrabian, autor del libro “la comunicación no verbal” e investigador de nuestro comportamiento no verbal. Y si mucho de nuestra comunicación es inconsciente, lo es también en nuestra capacidad de tomar decisiones.
Allan y Barbara Pease dan apoyo al lector en su libro “El lenguaje del cuerpo: Como interpretar a los demás a través de sus gestos”. Con unos ejemplos de gestos nos ayuda entender lo que la otra persona piensa y no dice. Y así, evitar malentendidos. O no si se toma demasiado al pie de la letra.
Paul Ekman investigó la expresión emocional a través de la mímica, especialmente en la cara. En su libro “El rostro de las emociones” presenta el resultado de muchos años de investigación en diferentes culturas que tenemos unas expresiones bastantes comunes cuando se trata de expresar nuestras emociones principales. Sin embargo, no todo es tan sencillo.
Mucho depende del momento, de las experiencias de nuestro pasado, del ambiente en el cual se conversa y de la confianza que se tienen los interlocutores.
Y desde mi experiencia hay que pasar un proceso de aprendizaje si se quiere transformar conversaciones “incrustados” de juicio, patrones adquiridos y emociones heridas.
El mismo proceso se puede lograr con querer crear un nuevo ambiente en un equipo de trabajo, en el ambiente familiar o en pareja. Es alinear las inteligencias mentales, emocionales y físicas que nos hacen tan humanos.
Aquí propongo 4 fases del proceso de aprendizaje individual y grupal de la comunicación no verbal:
- Fase 1: La atención
en esta fase vamos a poner atención a lo que dices, cómo lo dices. Una revisión de cómo te sientes, percibes y actúas en el momento de hablar. Se basa en la memoria del cuerpo y de los patrones adquiridos en las relaciones con los demás. - Fase 2: La empatía
la habilidad humana principal es la empatía o capacidad de sentir con otro humano o animal. En esta fase nos ponemos en el lugar de la otra persona, practicando no pre-juzgar o categorizar y percibir lo que la otra persona necesita. A partir de allí ampliamos nuestra visión a dos perspectivas y la distancia frente a la reacción automática. - Fase 3: La presencia
Si hemos frenado el impulso de una actuación dirigida por patrones de comportamiento o reacciones automáticas, esta fase nos permite aprovechar la pausa para una escucha nueva, un espacio creativo con la confianza que se ha creado con la otra persona durante las fases anteriores. Es la oportunidad de algo aún no “pensado” o “experimentado”. Fomenta la curiosidad, la empatía y la voluntad de entrar en un espacio por definir. - Fase 4: Un camino nuevo
Cuando se cierra una puerta, se abre una nueva. En esta fase se trata de re-aprender un camino de comunicación, una vez que se han des-aprendido los hábitos anteriores, con la curiosidad, el juego, la confianza y la creatividad juntándose. Pasar esta nueva puerta es el compromiso de una escucha activa, la práctica de las fases anteriores y una revisión regular que siga adaptando los detalles.
Si quieres conocer con más profundidad este proceso o saber de qué manera lo adaptaría a tus necesidades especifica o cómo mejor aprovecharlo para tu equipo, puedes contactarme por mail o en el formulario de contacto.
(credit foto: you-x-venture at unsplash.com)